Violencia contra mujeres, una bandera política en tiempo de elecciones, señala activista Circe López

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La directora de Humanas Sin Violencia resaltó la importancia de dar verdadera atención al tema de la violencia y no solo usarlo para ganar votos.

Jorge Manzo / La Voz de Michoacán

Morelia, Michoacán. “A mí lo que me molesta es que en tres años nadie se interesó en el tema, lo despreciaban, pero ahora que habrá cambio de administraciones locales sí empiezan a hacer crítica (sobre la violencia contra la mujer). Me parece totalmente detestable que quieran tomar como bandera (política) algo de lo que no se preocuparon en todo este tiempo”, tronó la psicóloga y activista, Lucero Cirse López Riofrio, fundadora y directora de la organización Humanas sin Violencia, quien advirtió que se radicaliza la protesta conforme el problema se va presentando con mayor gravedad.

Cara a Cara con La Voz de Michoacán, opinó que la violencia contra las mujeres tiene muchas aristas y se tiene que comprender el fenómeno de manera global, y para ello las expresiones públicas son importantes, no obstante, sentenció que le preocupa que haya un vacío narrativo en donde ella puede llegar a diferir un tanto de la consigna de “Nos están matando”: “creo que algo estamos haciendo algunas que no estamos pasando por esto”. Considera que esas ideas también deben ser contempladas en esa discursiva, y a la par remató: el feminicidio sí se puede prevenir. “Conozco a muchas chicas que están teniendo experiencias de violencia y han aprendido a salir de esas relaciones violentas, porque justamente lo que el feminicidio nos pone en evidencia es que es un hecho contundente de antecedentes de violencia. El feminicidio no es un hecho fortuito”, describió López Riofrio, tras contar que cuando se acompaña a las víctimas, uno de los aspectos que resaltan es que hay una serie de actos y conductas “de situaciones que habían sido muy violentas y que culminaron en la privación de la vida de esa mujer”.

La también fundadora del Observatorio de Violencia Social y de Género urgió a que en Michoacán y en México se hagan modificaciones al sistema de justicia, pues no sólo lo ve arcaico, sino también patriarcal, misógino y sexista. “Aún tenemos muchas situaciones en las cuales las mujeres se acercan a denunciar la violencia, y hay una posición tradicional de la institución, en donde si no ven heridas que tarden más de 15 días en sanar, que eso implicaría que esa mujer estuviera a lo mejor en un hospital, no pueden recibirle la denuncia”.

Jueces minimizan brutalidad contra mujeres

Lucero Cirse López fue contundente: “Yo no sé qué están viendo los jueces de lo penal, qué barbaridades o qué brutalidades de homicidio están viendo, que no puede distinguir en momentos que esa brutalidad contra la mujer sea un asunto que amerite para se extienda una orden de aprehensión, e incluso reclasificar el delito de feminicidio”. Externó esta preocupación al Supremo Tribunal de Justicia, y abundó: no sé si les dé miedo. Sí se manifestó consiente de que se están viendo casos brutales.

“Es época de violencia y ante esto, no sé si los jueces tienen espacio de contención, en donde puedan depositar todas estas cosas que observan y ven, porque también son seres humanos y juzgan bajo esos criterios de estereotipos. Por ejemplo: tenemos un caso en el cual una víctima ya no vivía con esa pareja, pero es el que la mata, y el juez dice que no es un feminicidio, pero por supuesto que sí lo es”, espetó la promotora de la Alerta por Violencia de Género en Michoacán desde hace más de seis años.

Comunicó que la violencia contra la mujer es una emergencia nacional, y de ahí el origen de que Michoacán sea una de las primeras entidades en solicitar el mecanismo de alerta. Compartió que en esta región del país hay una presencia muy importante del crimen organizado y del narcotráfico y esa situación vulnerable la posibilidad de gobernabilidad y gobernanza en el sentido de que las mujeres puedan ir a denunciar antes de que se entere el agresor de que fueron a denunciarlo, pues siguen existiendo vínculos corruptos e impunes, mismos que se encuentran muy arraigados.

Violencia doméstica, antesala de feminicidios

Admitió que sí se vive una situación difícil, pero cree que hay grandes oportunidades para poder generar mecanismos y afianzarlos. “Nosotras seguimos observando que (la violencia doméstica) es una de las violencias que no se atiende y que sigue siendo reproducida y silenciada socialmente, incluso sigue habiendo un asunto de impunidad social, e incluso, omisión del estado o de las autoridades”. Se dijo preocupada por el desprecio federal por la violencia en general contra las mujeres, y lo que han hecho es que se ha diseñado una política pública, pero para atender la violencia familiar.

“Si nosotros le preguntamos al presidente del Supremo Tribunal de Justica vemos los juzgados familiares y son los que están atiborrados de casos porque son: separaciones, pensiones alimenticias, guarda y custodia, entonces, tienen que ver con todos esos elementos”, sin embargo, muchos de estos episodios culminan con feminicidios. “Eso no tiene todavía una capacidad institucional que amerite una despresurización, por así decirlo, para una contención y una serie de acuerdos”.

“No es lo mismo lo que estamos enfrentando aquí en Morelia a lo que enfrentan las mujeres de Buenavista o en Apatzingán, bueno, hace unos meses recordaras violaron a una niña al parecer en Buenavista, entonces no había quién podía darle toda la atención a esa niña porque pues ahí está el control territorial de grupos del crimen organizado que te es difícil pasar”, lamentó la especialista tras aclarar que tampoco se trata de sobreponer el asunto de la violencia contra las mujeres a la violencia que otros hombres sufren por otros hombres.

Violencia contra la mujer, por sometimiento

“A mí me parece que eso no lo hemos podido y me incluyo porque es una tarea monumental socialmente. Las causas por las que asesinan a las mujeres tiene que ver con otro orden, el orden justamente de que estén sometidas, de que tienen que cumplir, (E: de posesión) de posesividad, de propiedad, la dueñidad y en el caso de los hombres tiene que ver por justamente por cumplir esos mandatos: ‘cómo no te vas a poner borracho conmigo’, ‘cómo no vamos a ir a ver unas viejas’, ‘cómo no vamos a ir a no sé qué’, discusiones sobre el ejercicio del poder, no de la subordinación”.

En tanto, que afirmó que en el caso de las mujeres sí son asesinadas porque están resistiendo a no cumplir con esos roles o esos estereotipos que históricamente se tienen de que son sumisas, obedientes, madres de familia. En su postura, no cree que se tenga un estado feminicida, pero sí que tiene una construcción social en donde se asesinan a las mujeres, incluso, es grave, partiendo de todas estas reproducciones sociales que persisten.

“Seguimos teniendo esta idea de que las mujeres tienen que estar en su casa cuidando a sus hijos o que sólo son mujeres en tanto se convierten en madres ¿no? Si todavía tenemos estas reproducciones estereotipadas y estas desigualdades, porque las mujeres siguen siendo las más pobres, las que menos posibilidades tienen”, dibujó López Riofrio, tras reconocer que los últimos asesinatos de mujeres en Michoacán dimensionan que no solamente las mujeres pobres o con una situación de desigualdad son las están asesinando sino también a estas mujeres que tienen otros estilos de vida.

Encubrimiento social, un cáncer

“Yo no diría que tenemos un estado feminicida, a mí me parece que tenemos que replantearnos que nosotras también somos parte de ese Estado, la ciudadanía es parte de ese Estado. Entonces, nosotras, nosotros como sociedad qué estamos haciendo; porque yo todavía no veo socialmente que por ejemplo padre y me refiero a hombre que ven a sus hijos que son violentos con sus hijas, con su mamá, con la compañera o con su esposa, yo todavía no veo a ellos que vayan a denunciarlos, a mamás todavía veo el asunto de poderles ir a decir “o te portas bien o le voy hablar a la policía”.

“Entonces, todavía tenemos un encubrimiento social de muchos hombres sobre la conducta de los hombres, y a mí me parecería interesante regresar esa pregunta a los hombres si tenemos un Estado que contiene, o que conforma, o que construye hombres feminicidas, y que tiene hombres feminicidas. Entonces, si es eso, me parece que hay que preguntarle a la otra mitad de la población”, deslizó la también recipiendaria de la Presea Eréndira 2017, que otorga el Gobierno de Michoacán a las mujeres que han defendido los derechos humanos de las mujeres.

La activista recordó toda la animadversión que se tuvo que enfrentar en el pasado, incluso hasta la crítica de por qué presentar una solicitud para que se decretara la alerta por violencia de género, cuyo hecho vinculado con un asunto político “porque queríamos destruir a alguien”. En aquella ocasión, un gobernador (Salvador Jara Guerrero) dijo que se quería causar psicosis a la población con esta medida que se había planteado ante la Secretaría de Gobernación, y que más tarde, durante el mandato de Silvano Aureoles Conejo se confirmó.

“Yo creo que algo que nos ha distinguido como organización social-civil y que ha sido en primer lugar el respeto por las víctimas, el segundo lugar la comprensión del fenómeno de la violencia contra a las mujeres y, en tercer lugar, además, meternos de lleno al entramado del acceso a la justicia en eso temas justamente y comprender qué está sucediendo, por qué estamos pasando por esta situación y creo que es importante entenderla para poder a lo mejor proponer o hacer cosas”.

No sólo matan a chicas buenas

Frente a la presión social que se generó a raíz del asesinato de Jessica y Xitlali, la directora de Humanas sin violencia compartió que en los últimos años las redes sociales se han vuelto de todo, desde espacios de denuncia como de denostación. Se manifestó preocupada porque observa que hay una situación “y lo digo con todo respeto, hay casos de mujeres que han sido asesinadas, sólo que no tienen esa posibilidad ni económica ni social ni cultural, ni tienen estos elementos que puedan colocar el tema como un tema de revisión o actuación de las instituciones”.

“Me preocupa mucho porque a veces se observa un asunto un poco clasista porque también hay un regreso de refuerzo de estereotipo. Me preocupa que haya en la percepción de la población que se asesina a las chicas buenas, a las chicas que cumplen con el estereotipo de que son las hijas de casa, que son buenas, que estudian; pues también están las otras que no pueden regresar a sus casas, que sus casas son violentas, que a lo mejor huyeron de sus casas por violencia, que están en un ambiente donde el territorio está controlado y dominado por quien vende o controla un asunto de droga y esas chicas no están en el escarnio de la exigibilidad publica”.

“Veo que fue muy interesante lo que pasó con Jessica, me pareció muy importante lo que pasó con Nilda, y también quiero decir una cosa yo sí creo que también habría que comprender que en este caso las familias que son las víctimas indirectas también deciden qué tipo de justicia es la que quieren, porque tu no estas de ese lado viendo lo que ha sufrido la familia. Entonces, hay familias que buscan un juicio abreviado porque no quieren enfrentar más dolor y también tienen ese derecho”, admitió.

Mujeres han arrebatado sus derechos

“Hay que pensar históricamente en cómo las mujeres hemos luchado por nuestros derechos o arrebatando nuestros derechos, no es un fenómeno nuevo, es un fenómeno que ha existido históricamente, o sea, ahí tenemos a las mujeres que ponían bombas en los buzones o que se atravesaban en medio de, en aquel entonces, los caballos, que perdieron la vida en eso o mujeres que han estado en movimientos liberales o libertarios y qué ha generado, que las asesinen. Yo creo que este paso que tenemos de éstas expresiones que a la gente no le gusta, a mí me parece que se radicalizan tanto en la medida en que el problema es más grave”, agregó la defensora de derechos de la mujer.

Para concluir dejó sobre la mesa: “Yo no me preocuparían si pintan las paredes o si rayan una puerta, no me preocupa eso, a mí me preocupa que también esos grupos estén comprendiendo no solamente la posición política que hay que seguir sosteniendo, pero justo para que no sea cooptada por ningún partido político”.

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